Con casi 70 años de historia, PM Steele apuntala su éxito en tecnología, competitividad y diseño.
PM Steele se constituye en julio de 1950, aunque fue hasta 1964 cuando don Julio Hirschfeld Almada junto con un grupo de inversionistas compran la compañía. Eran los días en que el abogado Miguel Alemán gobernaba México y también la época en que el acero estructural y el concreto hidráulico se usaban por todas partes de la gran capital en aras de convertirla en una ‘ciudad moderna’.
En moda había un predomino por el uso del color, las texturas con lunares, rayas y flores; y en temas de diseño industrial, interiorismo y decoración, los creativos empezaban a experimentar con aquellos materiales heredados por la tecnología de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), como el polietileno, la espuma de caucho y los plásticos ultraligeros.
La vanguardia ya no venía de Europa, pues ese continente estaba muy ocupado intentando reconstruirse luego de los destrozos provocados por la guerra.
Enmarcada en esos escenarios es que PM Steele se va convirtiendo en una empresa mexicana especialista en la fabricación y diseño de mobiliario de oficina, además de muebles de madera, archiveros, sofás, mesas, lockers, sillería y modulares de almacenamiento.
Hoy, con casi 70 años de historia, así como con tres plantas industriales en nuestro país –Tlalnepantla, Ocoyoacac y Lerma, todas en el Estado de México–, la compañía ha consolidado sus valores de ergonomía, resistencia y durabilidad. Su recién inaugurado showroom en el edificio corporativo de la calle Cervantes Saavedra, en la Ciudad de México, es el más grande de Latinoamérica.