07 junio 2018

Objetos que diseñamos/ nos diseñan

¿Diseñamos los objetos o ellos a nosotros? ¿Creamos objetos a partir de nuestro comportamiento o los objetos dictan nuestra conducta?

Por: Mariana Loaiza

Fotos: Cortesía

— ¿Si funcionan, no?

— Sí, me sorprende.

 

Ese fue el breve intercambio entre mi amiga y yo, refiriéndonos al señalamiento en el metro de la Ciudad de México que indica cual es el área de espera en los andenes.

Una cosa tan sencilla como una estampa pegada en el piso que indica en qué parte del andén tienes que pararte si estás esperando un tren, y en cual no. Así de simple. Y la gente lo sigue (excepto a las 6 de la tarde donde no cabe ni un alma más). Una línea y un par de palabras en el suelo alteró el comportamiento de miles de personas en un instante. Esto me llevó entonces a preguntarme lo siguiente: ¿Diseñamos los objetos o ellos a nosotros? ¿Creamos objetos a partir de nuestro comportamiento o los objetos dictan nuestra conducta?

Agencia Informativa Conacyt CC

El ejemplo más obvio, y tal vez complicado de abordar, es el teléfono, y el cómo un aparato inventado (o patentado) en 1876 por Alexander Graham Bell revolucionó nuestra vida por completo. A través de los años hemos rediseñado este objeto de manera obsesiva, hasta el punto en el que cabe en nuestro bolsillo, almacena más información que nuestras computadoras y  distorsiona el concepto de distancia y tiempo al tenernos siempre “conectados”. Diseñamos un objeto que terminó alterando nuestro comportamiento, nuestros demás objetos y aparentemente hasta nuestra estructura ósea. Sí, tus bisnietos seguramente no van a sufrir síndrome de túnel del carpo.

Pensemos en algo más simple, como un par de zapatos. La evidencia más antigua del uso de zapatos es de hace 8,500 años. Un objeto diseñado con una única misión, proteger nuestros pies. Ese primer zapato diseñado en el neolítico fue evolucionando de tal manera que también le permitió a Neil Armstrong llegar a la luna y a mí tener un dolor de cabeza cuando me pongo tacones. Pero igual que el teléfono, los zapatos también nos alteraron a nosotros. Las normas sociales cambiaron, ninguno de nosotros puede presentarse al trabajo descalzo o con cualquier tipo de zapatos (si eres diseñador tal vez esto último no aplica para ti). Y no sólo eso, los zapatos también alteraron nuestro cuerpo, nuestros dedos se volvieron débiles y nuestra postura cambió por completo debido a esa cosas que nos ponemos todos los días en los pies.

Podría seguir todo el día hablando de casos similares, pero entonces ¿diseñamos o nos diseñan? Diseñamos, claro. Los objetos al final de cuenta son lo que nosotros los hacemos. Los Nikes que te pones todos los días no van a cambiar de la noche a la mañana sin que tú, o un diseñador en Oregon lo decida. No están vivos, no nos cambian, somos nosotros mismos creando objetos que tienen repercusiones a futuro que no contemplamos, y que como los zapatos o el télefono terminan afectando nuestro comportamiento, espacios y hasta cuerpos. Algo que tener en mente la próxima vez que pensemos en poner algo ahí afuera.




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