Casa Oasis es un proyecto residencial ubicado en la Ciudad de México desarrollado por Shamosh Studio –despacho fundado en la Ciudad de México en 2015 por los arquitectos Moisés Shamosh en colaboración con Eduardo Shamosh–, el cual consistió en su remodelación total para intervenir el interior y exterior.
Con tres habitaciones y diversas áreas comunes, se realizó una redistribución de la planta arquitectónica con la finalidad de comunicar y abrir espacios, de manera que el usuario tenga un ambiente relajado y amigable. La elegancia de la casa se aprecia en la selección sobria de materiales y texturas. Se buscó que el proyecto tuviera un lenguaje atemporal y que el diseño coexistiera de forma amigable con los diferentes integrantes de la familia.




Antes de la intervención, la casa comunicaba fuertemente el paso de los años y un potencial desaprovechado. Los espacios estaban delimitados con grandes divisiones, lo que hacía que se sintiera oscura y pequeña. La materialidad y gama cromática enfatizaba su antigüedad, es por ello que para el diseño de la vivienda se utilizaron tres principios básicos: apertura de espacios, entradas de luz natural y selección de tonalidades neutras.




La remodelación logra comunicar las áreas de uso común. En el núcleo de la casa se desplanta la escalera que interconecta los tres niveles, alrededor de la cual se van presentando cada uno de los espacios. Comienza la circulación vertical en la parte del sótano con una escultura de espejo de agua que da bienvenida al usuario para comenzar el recorrido. En la planta baja tenemos: cocina, sala de juegos, ludoteca y sala-comedor, la cual se integra por completo a la terraza por medio de canceles corredizos que se ocultan dentro de los muros, permitiendo que la experiencia interior-exterior sea absoluta. Así mismo, en la planta alta se encuentran las habitaciones secundarias y sala de tele en donde se lograron espacios iluminados y abiertos. La recámara principal desemboca en un baño que se integra al jardín por medio de una celosía plegadiza permitiendo cubrir de vegetación todas las vistas interiores.
Por último, en las fachadas se conservó un diseño conservador que conviviera con el conjunto habitacional. Se debían conservar ciertos lineamientos estéticos, sin embargo, por medio de sencillas líneas en colocación de los materiales, juego de despieces, vegetación e iluminación, se logró la elegancia y sofisticación que la casa requería.




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Edición 73 | «El interior que nos construye» | Pedre


