15 septiembre 2020
Mantequilla, porcelana, bronce, yeso, madera y tinta congelada: Waiting Room por Cartú
Waiting Room es el nombre de la instalación ‘efímera’ del artista y arquitecto mexicano Alonso Carrillo Ituarte ‘Cartú’, la cual se presentó por única vez en la Galería Oscar Román en Polanco, Ciudad de México.
En febrero pasado, Cartú, el artista visual mexicano radicado en la ciudad de Nueva York, estuvo en México presentando una instalación fugaz llamada Waiting Room en el marco de lo que comienza a denominarse como la ‘semana del arte’ en la ciudad de México –por la presencia de diversos e influyentes eventos artísticos– y de los cuales en algunos el maestro en artes participó.
Waiting Room es una expresión autoretrato-biográfica de Cartú, que habla del tiempo y la memoria de los materiales. Esta exposición es una reflexión acerca del misterio de la vida, donde nada es para siempre y los recuerdos del pasado se van derritiendo poco a poco.
En el largo proceso de esta obra, el artista reprodujo su cabeza en yeso para después hacer un molde y vaciarla en mantequilla, usando este material como un referente nostálgico, cuyo olor y sabor abrió las puertas a los recuerdos más felices de su pasado. Fue en la –25 East 13th Gallery– en la ciudad de Nueva York donde Cartú, a través de un performance catártico, borró su propia cara al arrastrarla continuamente por los muros de la galería. Posteriormente, el artista hizo un molde de yeso de la cabeza destruida para poder reproducirla en porcelana. Después de la primera quema, y al descubrir que la cabeza se redujo considerablemente a través del cambio alquímico de los materiales, Cartú decidió continuar este proceso de reducción natural, en el cual, se producía un molde de cada cabeza al salir del horno, reduciendo su identidad hasta la desaparición, una metáfora acerca de la memoria, la vida y el camino de los recuerdos que eventualmente desaparecerán.
En la última presentación de la serie The Memory of Absence (La Memoria de la Ausencia) en la exposición Waiting Room, todos los moldes de yeso actuaron como pedestales para sostener las cabezas de porcelana que se extendieron por el pequeño cuarto en blanco, donde el video del performance se proyectó en uno de los muros. Una barra de mantequilla se derritió sobre una hornilla, y con su olor atrajo a los espectadores desde la entrada de la galería, hasta el piso superior donde se encontraba la exposición.