20 enero 2017
Maison&Objet 2017 | Paris
Del 20 al 24 de enero, Glocal Design te dará un recuento de lo presentado en la feria, así como lo más destacado. Conoce al momento, todo lo que se suscitara en esta edición de la voz de nuestra editora en jefe Greta Arcila, enviada especial Maison et Objet 2017.
Y sí, las disciplinas creativas –sensibles y alertas en cada momento a ellos y al mundo–, llevan años pidiendo paz. Años, días, meses… viéndose a sí mismas sin encontrar un eco que los identificara con su yo: ese ser que les hace crear piezas –en este caso, llamémosle ‘objetos’–, que hablarán de esa sociedad que está plena consigo misma ante la nada (y el todo); esa que pide con la mirada un momento para sí y para encontrarse en los ojos del otro y saberse infinitos.
Tuvimos décadas en medio del ruido y del exceso de formas que, después de un decadente minimalismo, trataron de imponer color por color, forma por forma: la nada estridente. Sin embargo, ya se hacían presentes también desde unos años, propuestas en donde se evitaba el uso de materiales de procedencia industrial al tiempo de que los creativos buscaron regresar a sus raíces, claro está que sin perder el radar los beneficios que ha traído la globalización en términos de comunicación e intercambio de ideas. Es decir, las nuevas generaciones de diseñadores supieron dar un paso atrás, cerrar los ojos y tratar de reencontrar ese estado puro en donde la materia y el espíritu comulgan.
Y como gran lector de su mercado, la institución que es Maison & Objet pone en el radar de todos los visitantes ese momento creativo: El Silencio. Para esto, Philippe Brocart, director general de Maison et Objet, invitó a la directora artística Elizabeth Lariche quien se ha desenvuelto en el mundo de la moda, diseño, estilismo, entre muchas otras disciplinas. Ella, con su ojo experto, fungió como la curadora de la exposición que año con año se encuentra al final del Hall 7, mismo que es conocido por alojar la vanguardia del mundo de las artes decorativas.
Ella comenta que: “El Silencio fue un tema inminente por los cambios sociales, culturales y políticos que ha tenido el mundo en las últimas décadas. En una sociedad donde las imágenes cada vez son más abrumadoras, existía una necesidad indiscutible de descansar de todo. Estas tendencias fueron las primeras señales que anunciaban esa necesidad vital de la simplicidad y el resurgimiento de valores realmente fundamentales; eso es lo que ahora constituye el verdadero lujo de nuestra era”.
Sin embargo, la intención de Lariche no es para alarmarse; al contrario, el mensaje es positivo: silencio y equilibrio son en sí soluciones –hechas producto–, que diseñamos para nosotros mismos. El silencio es crucial para la meditación y permite tener una mejor perspectiva de todo el conjunto que somos como humanidad. Y sí, el tiempo que tomamos para nosotros mismos es el secreto para nuestro propio equilibrio. Es un estado donde dos fuerzas, a veces contradictorias, se anulan mutuamente y llegan a un punto de armonía que todos anhelamos.
El recorrido de la exposición es simple: “Nos parecía obvio que el principio de nuestra historia tendríamos que tener una sala que ejemplificara este sentimiento de saturación de imágenes. Al entrar en la habitación, los visitantes son expuestos a pantallas de video y de televisión con un sonido apabullante. Después atraviesan por un túnel para a estar inmersos en el silencio y descubran lo valioso que es… al salir de ese pasillo, se expone ante sus ojos, la palabra silencio, que es en realidad una instalación de la artista plástica Dominique Blais, la cual explora una sucesión entre habitaciones y recesos, lo que ayuda a los visitantes a llegar a un estado donde pueden soñar despiertos y participar de la introspección. Vivir el lujo que es el silencio y, los entusiastas tienen la oportunidad de escucharse ellos mismos. El itinerario termina con la librería –el perfecto ejemplo de un espacio silencioso–, lleno de libros blancos y en donde las piezas ahí expuestas son hechas a mano por maestros ceramistas”.