Casa Jardines es el ecléctico escenario de un proyecto de rehabilitación de una residencia de finales de los años 60 ―con 315 m2 de construcción― ubicada en el centro del país, en la capital del estado de San Luis Potosí, donde una mezcla de diversas culturas y tradiciones se hacen presentes.
La propuesta de diseño fue desarrollada por Estudio H para reacondicionar el espacio, buscando funcionalidad, calidez y confort en cada rincón. Basándose en la búsqueda de armonía entre elementos clásicos, la arquitectura original de la casa y piezas de arte y diseño actual se obtuvo un ambiente ecléctico contemporáneo que exalta el valor del diseño y el arte nacional, tomando como punto de partida un estilo que refleja la identidad del usuario y enmarca su estilo de vida a través de objetos capaces de contar historias. El resultado es un diálogo armonioso entre la arquitectura clásica y el diseño modernista en el que resalta lo mejor de ambos mundos.

La cocina representa el corazón de esta residencia, debido a que las actividades del día a día giran en torno a esta área. Por tal motivo, el objetivo fue crear un espacio funcional, cómodo y abierto para la convivencia, que juega un importante papel en la distribución de la calidez al resto del hogar, convirtiendo a este recinto en un lugar de encuentro, reuniones e intercambio familiar y social.
Otro de los ejes rectores del proyecto fue lograr comunión entre el espacio interior y el exterior, con la finalidad de que en todas las áreas existiera contacto visual con la naturaleza, contando con área frontal desértica y área posterior antagónica selvática.



Se buscó una experiencia de integración y acojinamiento en toda la casa a través de los objetos, los cuales son resaltados por el brillo y trama de cada material. Se optó por detallar con elementos de la región como el parquet, loseta de cantera, vegetación y algunas obras del artista José Ángel Robles, entre otros artistas gráficos y ceramistas de México, como Isabel Sánchez, Ricardo Luévanos y Rocca Luis César, concibiendo una fusión evidente de materiales, texturas y colores.
La paleta de materiales se basó en acabados contemporáneos y tradicionales como el mármol negro emperador y tundra gris para recubrimiento de muros y pisos; maderas nacionales como el tzalam, piedras, latón y vidrio templado. Así como piezas de varias casas de diseño mexicanas con estilos completamente diferentes, como Polrey Boutique, Glassísimo, David Pompa, Mutable, entre otros. Esto con la intención de conformar una transición de lo tradicional a un ambiente vibrante, con una gran capacidad para combinarse con una esencia contemporánea que enaltece la textura de los materiales y la forma de los productos.


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