Desde 1955, un pequeño paraíso escondido en el boulevard des Moulins en Mónaco ha recibido a los clientes asiduos a la repostería fina y a las bebidas calientes tan propias de la cultura francesa: la Riviera Patisserie. Esta pequeña pastelería y dulcería de apenas 46m² ha sido reinventada por Sabrina Monteleone-Oeino, una interiorista francesa especializada en decoración de lujo.
Al interior, las paredes han sido tapizadas con un curioso papel decorado con tazas y teteras típicamente europeas. El diseño incorpora tonalidades verdes que se destacan con la iluminación blanca de los candelabros de cristal pegados a la pared. El mobiliario, elegido cuidadosamente, se adapta a las dimensiones reducidas de la Patisserie; el sofá, ubicado al frente de la vitrina que exhibe la tentadora oferta de postres y chocolatería, ha sido tapizado con terciopelo verde en una tonalidad más intensa que acentúa el ambiente. Las mesas y sillas de hierro Oxley’s generan una sensación acogedora y relajante.
Con espacio para tan solo 14 personas, esta encantadora pastelería brinda a sus visitantes un refugio para el bullicio de la ciudad, creando una experiencia íntima, alegre y, sobre todo, dulce.