Ubicado en el Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México, Agua Pedregal está compuesto por tres casas con más de 1 000m2 de construcción cada una, implementando materiales como el microcemento y acero para evocar la personalidad de la ciudad.
Se utilizaron grandes ventanales para aprovechar la luz natural y ofrecer espacios iluminados, así como la utilización de materiales como el mármol y la madera para el interior que representan la conexión de la residencia con la naturaleza.
«Un punto relevante fue cómo darle identidad a un proyecto que es actual, pero que busca ser atemporal en el futuro y reconocer el patrimonio del modernismo del Pedregal y de México de mediados de siglo xx. Es decir, el reto y la complicación fue lograr que el proyecto en sí ofrezca un recorrido en el tiempo. Respetando la huella original de la Casa Braüer (1955); tres casas hacen eco de la estructura que alguna vez existió. Algunos materiales originales se conservan como pequeñas instantáneas al pasado, mientras que la cantera y una estructura escalonada evocan la larga historia de un sitio volcánico adorado por las culturas antiguas y modernas de México», relata el arquitecto José Miguel Fainsod Castro, socio del taller HEMAA.
Siguiendo los principios de Barragán para El Pedregal, el proyecto propone un diálogo continuo, eternamente presente con el paisaje volcánico.
La jardinería es fundamental y cada espacio en las tres casas encuentra la manera de comunicarse con el exterior, ya sea a través de ventanales, terrazas, balcones o bancas.
La calidez de la madera, las cuidadas dimensiones de cada espacio y la distribución fluida al interior de las casas abre la promesa de un futuro hogar donde en el interiorismo se mezclan los talentos de grandes diseñadores mexicanos como Clara Porset, Oscar Hagerman o Pedro Ramírez Vázquez con piezas de talentosos diseñadores mexicanos actuales como Michael van Buren o Jorge Arturo Ibarra para Luteca.
«Creo —agrega Fainsod Castro— que hay dos recursos arquitectónicos que definen la arquitectura de este proyecto: el exterior y los jardines en cada espacio, en cada vista. Casas y jardines madurarán como contemporáneos, en una interacción siempre presente, íntima. Al interior de las casas, las condiciones están dadas para que la vida familiar se geste cómodamente y madure en un ambiente propio siempre viendo y viviendo hacia los jardines que los rodean».
El uso de proporciones áureas para elementos como los ventanales, despieces de cantera y encuadres visuales produce secuencias balanceadas que amplifican el espacio como ondas en el agua. Este ritmo se traduce en recorridos fluidos, sin tropiezos, entre los espacios interiores.
Mientras que un jardín verde envuelve la casa, cuenta con una pieza de Tezontle Studio que se inspira en el jardín de esculturas del poeta y artista Edward James en la selva de la Huasteca.
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