Instaladas en un área de 500 m2, el complejo de oficinas desarrollado por el despacho mexicano RIMA Arquitectura en Santa Fe, Ciudad de México, cumple con las necesidades de funcionalidad y estética demandadas por el cliente; la paleta de colores abarca tonalidades azuladas y neutras que contrastan con el color natural de los muros amaderados y las instalaciones visibles en color rojo.
El diseño del lugar es una mezcla entre acabados rústicos y contemporáneos; un muro divisorio con volúmenes geométricos protagoniza el proyecto, que gana dramatismo a través de la iluminación y acentúa sus formas.
El objetivo del proyecto fue el de ofrecer comodidad y dinamismo, de manera que los distintos espacios de la oficina quedaran divididos a través de enrejados que permitiesen un acceso visual hacia las demás zonas. Puertas de cristal apartan las oficinas privadas del resto del programa, que han sido decoradas con mobiliario en colores obscuros y azulados.