Cualquier espacio, sin importar su tamaño, debe responder a las necesidades específicas de los usuarios pero también, en la medida de lo posible, debe ser un espacio que estimule los sentidos, de forma que el usuario salga de su zona de confort y revalore el espacio. En este sentido, RIMA Arquitectura, estableció sus propios cánones al momento de diseñar un espacio corporativo funcional y diferente.

Al tratarse de una oficina pequeña, lo más importante fue la distribución y la proporción de las áreas para que sean funcionales y con el espacio adecuado. De inmediato resalta el trazo angular y asimétrico de un gran muro de madera, que funge como elemento central y estructurante, ya que “que define la diferenciación de espacios funciones y ambientes en la oficina. Dicho muro divide los espacios privados y una sala de juntas que es el espacio abierto.” comentan los arquitectos Ricardo Urías, Rodrigo Espinoza y Lenin García del despacho mexicano RIMA Arquitectura.
Diseñado para una compañía de conceptualización de negocios e inversiones, este proyecto contempla tres oficinas para directivos y una sala de juntas con una atmósfera contemporánea en donde puedan concentrarse y trabajar en calma, además de tener un espacio para reuniones importantes, sin distracciones y sin contaminación auditiva. Los acabados y el mobiliario van acordes al muro principal, con toques de madera y tonos monocromos, así como la alfombra que asemeja un piso de duela de madera natural.

Otro elemento interesante, que responde a la asimetría y al juego de planos del muro, es el plafón que, como enfatizan los arquitectos, “da movimiento a la perspectiva general, esto acentuado por la luz entre las piezas. Así mismo la iluminación en cajillos crea un efecto óptico de profundidad que al ser luz cálida, se convierte en un elemento de que brinda confort y contrasta con los ángulos agresivos de los trazos.”







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