Llevado a cabo por el equipo de Rozana Montiel Estudio de Arquitectura, este proyecto de vivienda social toma la forma de una Casa-Pórtico, con un gran espacio semi-abierto, techado, multifuncional, rodeado de árboles frutales y vegetación; con un diseño con el que se gana un nivel más respecto al tipo de vivienda local, elevando e inclinando el techo. El espacio exterior semi-abierto y el follaje dan calidad y sentido a la vida privada y social de la comunidad: toda la actividad se teje en estos espacios.
La Casa-Pórtico consta de una amplia terraza, un gran cuarto divisible en dos, una cocina-comedor semi-abierta de doble altura apta para el tradicional asado, un baño separado, y una segunda planta.
Se propone una estructura de bambú que, a diferencia del concreto y el block, no absorbe humedades; recubierta con muros de bio-panel de bambú y acabado de cero fino al exterior. El techo inclinado es aislante y resistente de poli-aluminio reciclado, que no absorbe el calor; el piso es de concreto pulido. El prototipo es sensible al crecimiento progresivo de la vivienda según las necesidades del habitante.
Casa Pórtico se integra al proyecto de investigación ‘Del territorio al habitante’ –convocado por el Infonavit, a través de Centro de Investigación para el Desarrollo Sostenible (CIDS) en coordinación con la Subdirección General de Crédito– en el que participaron más de 80 despachos de arquitectura; su objetivo es mejorar la calidad de las viviendas de autoproducción asistida financiadas por el Instituto. Se trata de un estudio preciso y riguroso del territorio y cada propuesta presentada da solución a un problema habitacional, cuyo contexto (el clima y terreno en sí mismos) fue lo que definió la problemática a resolver.