Por GLOCAL
Susan Yelavich, directora de la maestría en estudios de diseño de Parsons School of Design habló sobre su particular visión del diseño.
El primer tema que se puso en la mesa fue la importancia de cambiar el paradigma de los licenciados en Diseño, pues algunos creen que su quehacer se reduce a producir objetos de consumo. Susan forma parte de The New School: Parsons, por ello ha podido aportar su visión crítica al programa educativo. “Yo estaba clara de que los graduados necesitaban más tiempo para pensar lo que el diseño significa. En otras palabras, la gente no tiene tiempo para reflexionar en que todo lo que nos rodea es diseño y dependemos de ello”, inicia Susan.
¿Queremos pasar horas en nuestros automóviles, atascados en un embotellamiento o crear un transporte público eficiente? La idea de la maestría en diseño Parsons School of Design es que sus alumnos tomen decisiones serias sobre cómo quieren vivir, decisiones que afectarán a la comunidad si se piensan con seriedad. Las áreas de oportunidad son infinitas y variables de país en país: “Nuestros cuestionamientos de diseño nos llevan a otras preguntas. Nosotros formamos parte de una nueva escuela que responde estas interrogantes ayudada de otras áreas y profesionales como sociólogos, antropólogos, filósofos, porque los diseñadores no actúan en soledad”.
Quizá podamos ir un poco más allá de una resolución simplista. “Debemos entender que existen ciertas problemáticas que son importantes para todo el mundo y reconocer la filosofía que existe debajo, por ejemplo, una buena idea como Uber ha sido cuestionada porque no otorga ningún beneficio a las personas que manejan estos autos, sólo se trata de una forma muy inestable de ganarse la vida”, afirma contundente.
Susan nos hizo darnos cuenta de que el diseñador puede ayudar a otros a hacer realidad sus ideas, a que funcionen, los llamó “design thinkers”, no se trata de un hombre o mujer de negocios, se trata de alguien que facilite la puesta en práctica de ideas viables. Para ello, nos recomienda Susan, tendríamos que replantearnos varios conceptos: qué es ayudar, qué es filantropía, qué significa estar unidos, qué significa lo social. Nos detenemos un momento… sabemos que existen escuelas que empapan a sus alumnos de otras disciplinas, que les proveen ambientes donde pueden desarrollar su creatividad cerca o en el “mundo real”, incubadoras, pero ninguna ha planteado lo que Susan propone: ayudar a los demás a desarrollar sus ideas a través del diseño, y ojo, no como negocio.
Y ya que es la primera visita de Susan a nuestra ciudad, lo que más le llamó la atención es el uso del color, la fisonomía del mexicano y, porque aquí nos interesa, la cuestionamos sobre si había tenido oportunidad de ver el trabajo de los diseñadores mexicanos. “A penas tengo un día y medio en la ciudad… Por supuesto conozco el trabajo de los mexicanos y creo que lo que más me maravilla es la modestia de su mobiliario, la modestia de sus textiles… me han conmovido profundamente”.