En 1944 y en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Emeco fue comisionado por la Marina estadounidense para el diseño de una silla resistente y ligera que pudiera ser transportada en los buques de guerra y que pudiera moverse con facilidad por varios espacios, de esa manera surgió el diseño emblema de la compañía: 1006 Navy Chair.
Esta silla, se convirtió en un ícono no solo por su diseño, sino por su proceso de manufactura que integra 77 pasos que, al ser cumplidos al pie de la letra, tienen como resultado esta pieza de mobiliario que salió de los buques militares, a la vida mundana. Después de ese diseño, la marca comenzó una historia que, en sus 80 años, cuenta ya con varias colaboraciones con arquitectos y diseñadores reconocidos a nivel mundial.
En el contexto de la Semana del Diseño de Milán recientemente, Emeco presentó de la mano de Jasper Morrison una retrospectiva que mostró sus procesos y piezas icónicas a lo largo de estas ocho décadas.
La marca estadounidense aparece ahora en una de las ferias de mobiliario más importantes del mundo: NeoCon, en Chicago y presenta también los logros de estas décadas poniendo un acento especial en dos conceptos: la perdurabilidad de sus productos y el uso inteligente de los materiales que genera muy pocos residuos y contaminantes. En ese sentido, debe destacarse que la compañía ha sido una de las primeras en dar constancia pública de la huella de carbón de sus productos, lo que crea un compromiso directo con el medio ambiente.