Este parque surge con la intención de construir un espacio para la creatividad, la interacción y la generación de experiencias para el ser humano; experiencias que construyan beneficios a largo plazo, tanto mental como emocionalmente. Parque El rebote ofrece un ambiente natural de exploración y aprendizaje para los niños y adultos a través de sus cinco sentidos.
El parque proyectado por Tabb Architecture ha sido organizado alrededor del árbol Nacapule; un gigante de más de 100 años que funciona como “árbol de la vida”, alimentando el área con un valor histórico, cultural y humano que permite generar una relación inmediata con la naturaleza y su resistencia a la urbanización. La distribución del espacio comienza con un túnel que dirige hacía un “mundo miniatura” donde, irónicamente, el usuario convive con flores gigantes de acero que han sido dispuestas con iluminación y forman el horizonte de un jardín colosal.
Para satisfacer el sentido auditivo, se ha creado un ambiente en el que se pueden escuchar los sonidos de la naturaleza mezclados con instrumentos de percusión melódica llamados sapos, que armonizan el ambiente acompañados de campanas de viento instaladas justo al lado de esculturas que asemejan flores gigantes. La sonoridad y la comunicación continúan con los “tubófonos”, basados en el clásico experimento del teléfono de vasos que, en una escala mucho más grande, hacen uso del conocimiento práctico sobre las vibraciones y las ondas sonoras que aumentan la curiosidad en los visitantes.