Este proyecto, diseñado por los arquitectos Marcella Campa y Stefano Avesani, cuenta con una construcción similar a una cesta organizada por una sucesión de barras de hierro en una paleta de colores brillantes colocadas en diagonal.
El patrón de dicha estructura tuvo origen en las pantallas de partición de madera entrelazada de la arquitectura china tradicional y, por supuesto, en la naturaleza de la boutique completamente abierta a los dos corredores en un centro comercial localizado en Beijing, China. El reto se centró en elegir algunos elementos de visualización en las ventanas de exposición, visibles desde el exterior sin tener que sacrificar las ventajas de cualquiera.
Para el suelo, los creadores hicieron una gran pintura de acción continuas como si la resina blanca fuera un lienzo líquido de 60m2. Una vez seca, la fusión lograda entre puntos negros y grises recuerda las pinturas chinas en blanco y negro shan shui.
Para los productos, fueron empleados unos discos de madera blanca barnizados provistos de un imán en un lado que funcionan como soportes de los mismos, además, estos se pueden unir libremente a los estantes de hierro coloreados para crear un sistema de exhibición cambiante.