Carlota es un restaurante ubicado en San Ángel que perteneció al Convento del Carmen fundado en el siglo XVII. Dicha área ocupaba el lado oriente del recinto, utilizado como un huerto que en 1856 fue vendido en la guerra de Reforma. Tiempo después, durante el Porfiriato, se edificó una casa de estilo francés.
El lugar fue adquirido en 2012 y se inició la recuperación y renovación del inmueble —protegido y supervisado por el INAH— a cargo del arquitecto Rodrigo Becerra durante cuatro años.
El proyecto conservó la estructura original donde se aprecian muros de piedra, tabique y techos cubiertos por vigas de madera y hierro, ya que se aumentó la altura de la casona.
La sala principal se encuentra dividida por un arco y un blanco marco que le provee de un toque elegante. La elaboración de los marcos presentes también en los accesos, está realizada por una tecnica artesanal que muy pocos realizan, comentó el arquitecto Becerra. Algunos detalles se conservan en la sala principal, como el piso y paredes de color azul pastel que contrastan con el mobiliario de madera obscura y redondas luminarias blancas y transparentes que penden desde el techo.
Las peculiares lámparas de barro negro fueron realizadas por artesanos oaxaqueños además de un mosaico en la terraza del artista Francisco Toledo y cuenta con un amplio jardín para futuras exhibiciones y eventos artísticos. A un costado, se encuentra un piso de hormigón y una pérgola que cubre una zona para disfrutar de los platillos y el paisaje.
El concepto de Carlota resalta la herencia cultural e histórica con un estilo contemporáneo y atemporal. El lugar no sólo ofrece una experiencia culinaria, si no que valora la historia, lo hecho en México.