15 julio 2019
Arquitectura espiritual
Ubicado en Chile, Siamak Hariri ha diseñado el Templo Bahá’í de Sudamérica, un ejemplo de arquitectura orgánica que trasciende como un símbolo de comunidad para los indígenas mapuches.
Diseñado por el socio fundador de Hariri Pontarini Architects, Siamak Hariri, el Templo Bahá’í de Sudamérica es un símbolo de conexión espiritual y arquitectura desarrollada con respeto a la naturaleza y el entorno.
El Templo se asienta en el borde de Santiago y se compone por nueve alas idénticas de elegante torsión, donde la entrada de luz natural es indispensable para el proyecto; su estructura ligera y circular le permite generar diversas entradas que, de manera simbólica, invita al ser humano a conectarse unos con otros en un espacio abierto para todos.
El interior de mármol traslúcido permite el reflejo y entrada de luz a través del vidrio fundido en el cascarón, bañando el lugar con una tenue iluminación cálida que cambia con el día. Las bancas de madera se disponen de manera arqueada alrededor del presbiterio; en la parte superior, una zona fue dispuesta para la meditación y privacidad, sin perder la conexión con la comunidad de abajo.
El edificio es, por sí mismo, una muestra de la más alta ingeniería, resistente a las condiciones climáticas y de una región propensa a terremotos durante 400 años. El trabajo de construcción requirió la participación de artesanos locales y canadienses, ingenieros, y artesanos de Estados Unidos, Europa y Chile, así como voluntarios de todo el mundo.
El Templo representa para la comunidad un espacio de encuentro donde cada año, desde 2016, indígenas mapuches y chilenos llegan después de una larga caminata; el primer viaje que hacen fuera de sus pueblos a manera de agradecimiento. Este es un lugar atemporal donde la gente se siente como en casa, capaz de mantener sus creencias.