Andrés Lhima, diseñador mexicano que se hiciera famoso por sus peculiares destapadores en forma de luchadores aplicando una llave, entre otras muchas piezas, fue uno de los connacionales que tuvo una participación en la más reciente edición del Salón Satélite, que forma parte de la serie de eventos que celebran el diseño en Milán, Italia. Su camino hasta ahí no fue fácil y en entrevista para Glocal Design, cuenta de sus aventuras hasta llegar a formar parte de uno de los eventos con mayor renombre que celebran esta disciplina creativa.
Su historia con el magno evento comenzó en sus años de estudiante, cuando supo del Salone del Mobile, parecía lejano pero no imposible de alcanzar, fue así que con esfuerzo, determinación “y mucho trabajo” se hizo con un sitio entre los seleccionados para participar en el más reciente evento que además exige otras características para ser susceptible de entrar.
Fue así que ‘Mamá Canguro’ y la tetera inspirada en la serpiente Kukulcán, se convirtieron en la llave de entrada al Salón Satélite, piezas que actuaron a la vez como el lanzamiento que el mexicano ejecutó en Italia, pero que se sumó a otro grupo de obras que ya tenían un amplio reconocimiento entre los profesionales del diseño “pero que no habían sido mostradas a un sector específico como fabricantes y directores creativos de marca, como los ‘Cepillos Cactus’ y el ‘Pingüino’”, explica Lhima.
El trabajo del diseñador se centra en la cultura mexicana abordada desde un ángulo particular, por lo que sus piezas adquieren un pronto reconocimiento. Sin embargo, estas muestras insignias de su nacionalismo, no han frenado los intereses del autor en diferentes culturas, por ello, entre sus trabajos se aprecian piezas correspondientes a diversos países que apoyan su concepto de “diseñador global”
Esta muestra cultural entre sus diseños, fueron parte fundamental para complementar su experiencia en el viejo continente, pues el reconocimiento identificatorio otorgado fue lo que permitió que resaltará su nacionalidad “las pirámides, los cactus… son elementos reconocibles por el resto de las personas”, pero el diseñador, que se considera un artista global, es capaz de incorporar elementos, colores y otras herramientas que me permitieron tener una oferta para distintos públicos.
A su espacio en el Salón Satélite, se acercaron por igual los amantes que reconocieron la cultura mexicana, pero también otros artistas de diversas nacionalidades que hallaron en el trabajo del Lhima un punto de identificación.
Para el diseñador, este no es más que un punto de partida “El Salón Satélite es la antesala del Salone del Mobile y es algo en lo que seguiré trabajando, aprendiendo y buscando mi sitio entre los mejores”, concluyó.