Desde las alturas, el arquitecto mexicano Jorge Taboada realiza tomas fotográficas de las unidades habitacionales de interés social que se realizan en la CDMX, Edomex y el interior de la república desde hace décadas. Cada una de las imágenes muestra una serie de casas que parecen perfectas, al menos antes de ser habitadas, pero en realidad son todo lo contrario.
Líneas infinitas de concreto, organizadas con precisión matemática, ocultan viviendas sin jardines, veredas, caminerías ni áreas comunes. “Son espacios condenados a ser modificados por sus ocupantes, quienes los adaptarán a sus necesidades reales.
La mayor parte de las viviendas quedan desocupadas al ser entregadas por esta razón, la carencia de que necesitan sus habitantes para tener un estilo de vida adecuado. Desde falta de transporte público y lejanía de las urbes hasta la inexistencia de áreas verdes o de recreación.
A Taboada le gusta tomar las fotografías antes de ser entregadas, antes de mutar a lo que la gente necesita, esto con la finalidad de mostrar que las casas cuentan con espacios mínimos; permanecen juntas y frente a ellas otras, formando un paisaje visualmente confortante pero angustiante. Despersonalización de la vivienda y estandarización de necesidades, extinción de la individualidad.
“Mi intención es hacer una crítica silenciosa al mostrar desde la distancia un conjunto de formas que aunque parecen perfectas, como un juego de Lego, no pueden satisfacer las necesidades de vivienda de los trabajadores, para quienes fueron construidas“, menciona el arquitecto.
Taboada afirma que sus fotografías exponen una forma de hacinamiento en espacios que pretenden ser llamados “hogar”. El concepto de ‘Urban Sprawl’, la expansión de la población fuera de las áreas centrales de las ciudades, se repite en los suburbios de las grandes ciudades de México y el resto de América Latina.